Brigit regresa a su
ciudad de nacimiento en búsqueda del único familiar que tiene, su abuela. De
los escasos recuerdos que guarda, poco queda en la casi abandonada ciudad de
Ballymote. Sus calles, casas y bosques esconden misterios que parecen
retroceder a los tiempos en que de las leyendas surgió algo real, algo
monstruoso.
Brigit tendrá que
encontrar todas las respuestas, buscar entre sus pesadillas y descubrir la
verdad en un mundo que ya no es el suyo, y que se revela de entre las sombras
cuando avisan los cuervos.
Hay historias que suponen para nosotros un viaje a otro
tiempo y lugar. La novela que hoy os traigo ha sido, para mí, la vuelta a una
estupenda época en la que devoraba novelas de corte fantástico, los fines de
semana eran la excusa perfecta para darme un atracón de series y aún podía
comer sándwiches de nocilla a pares sin que se quedasen a vivir para siempre en
mis caderas. Sólo por ese viaje ya ha valido la pena leer “El aviso de los
cuervos”.
Pero la nostalgia no es la única razón que me ha hecho
disfrutar de esta novela de Raquel Villaamil. Y es que su atmósfera, sus
personajes y la historia que nos plantea conforman un cóctel que agradará
seguro a aquellos que disfrutan de las novelas que aúnan fantasía y romance.
La novela arranca con la vuelta de Brigit a Ballymote, de
donde huyó siendo una niña. La ciudad pronto se convierte en una de las
indiscutibles protagonistas de esta historia. Sobre ella flota una sensación
opresiva y constante de inquietud, y el lector, como Brigit, siente un temor
que no se concreta pero que flota constantemente en el ambiente. Villaamil
apela a nuestros miedos infantiles, a la pérdida y el abandono, al ancestral
temor al bosque, y consigue crear una atmósfera inquietante que se erige como
uno de los puntos fuertes de la novela.
Quizá lo que mejor hace Villaamil es equilibrar los
elementos de los que dispone, dosificando con acierto intriga, romance y
fantasía, y manejando muy bien los tiempos de la novela. Así, la inquietud
predominante en las primeras páginas va dejando paso a la fantasía, que gana
terreno conforme los misterios se van desplegando ante nosotros, dando lugar a
un universo con sus propias normas y habitantes que funciona bastante bien, a
pesar de no ser especialmente novedoso.
Aquí, claro, es importante recordar que nos enfrentamos a un
universo fantástico, y que en algún momento, tendrá que surgir la magia y las
bestias, haciendo que ese miedo impreciso se materialice de algún modo. Por
tanto, no es una historia para escépticos, pero sí para todos aquellos que
disfrutan dejándose llevar por estos terrenos.
Me ha gustado mucho también el aspecto romántico de la
novela, a pesar de que en algún momento Brigit me ha parecido un poquito
volátil, pero la autora se las arregla para que incluso eso quede bien cerrado
y justificado.
Como veis, son muchas las razones que me han hecho disfrutar
de “El aviso de los cuervos”. Si os gustan este tipo de propuestas, os invito a
adentraros en Ballymote y a conocer a sus habitantes a través de la narración
de Raquel Villaaamil, una autora a la que me gustará seguir leyendo. ¿Qué tal un spin off sobre
Mist? ;)